Vistas de página en total

viernes, 25 de marzo de 2011

La memoria y el olvido de los medios






A 35 años del golpe militar más cruento de la historia de nuestro país, los medios de difusión “nacionales” se han encargado deliberadamente de ocultar la marcha conmemorativa del Día de la Memoria.
Paradoja de la fecha, los medios privados olvidaron cubrir, así fuere parcialmente, la movilización realizada por cientos de miles de personas que, con su presencia, simbolizaban el rechazo visceral a aquél acontecimiento nefasto que cubrió de sangre a todo el tejido social argentino.
No obstante, a escasas cuadras de esa multitudinaria manifestación, los medios encontraron la noticia más relevante de la fecha en cuestión.
Si, si, la cobertura de la presentación de un tenor de la talla de Plácido Domingo, fue el pretexto para no enviar móviles a Plaza de Mayo; y no, como me mencionaba un amigo, la sugerencia de la pitonisa autóctona "lilita" Carrió que aconsejo a los medios que protejan a sus movileros.
Lo cierto es que la actitud de las principales emisoras de la televisión argentina me hicieron recordar el título de un recomendado libro, escrito por el periodista español Pascual Serrano: “Desinformación. Como los medios ocultan el mundo”.
Y eso es lo que han realizado ayer los medios argentinos. Pues, ocultar la información de un acto de las características del 24 de marzo, es apelar a la lógica del olvido, es sugerir la práctica de dar vuelta la página; al fin de cuentas, conforme a ese nauseabundo criterio, eso es historia y la historia dejémosla para los historiadores, si después de todo se desarrolla en un tiempo que ya fue.
Cuanta similitud con la triste máxima del cada vez más devaluado periodista que gustó expresar: “¡Me tienen harto con la dictadura!”; solo le restaría decir: “Me tienen harto con las movilizaciones”.
Lo que no nos dicen estos “mal paridos” es que nuestra historia (al igual que la de muchos pueblos hermanos) se ha escrito con sangre y que la única manera de evitar futuras hemorragias es, precisamente, manteniendo presente en la memoria el acontecer histórico.
Es esa misma memoria, la que posibilita a su vez la continuidad de los juicios para no dejar impunes a quienes han cometido los más deleznables actos en materia de violaciones a los derechos de las personas. 
Obviamente, buena parte del periodismo local y, sin lugar a dudas, los detentadores de los medios de (des)información han sido, a lo largo de los tiempos, verdaderos especialistas en desarrollar “tácticas para el olvido”.
Prueba de ello, es la desfiguración de la historia argentina que culminó consagrando como “historia oficial” a aquella que ocultaba la realidad de lo acontecido y renegaba del verdadero interés nacional.
Por suerte –y como no vamos a hacer hincapié en ello- desde la llegada de Néstor Kirchner y Cristina Fernández al poder, la realidad viene mutando y adquiriendo la forma que solo el molde de la verdad puede otorgarle.
Por suerte -y en esto los Kirchner han tenido mucho que ver- ha calado hondo el sentimiento de verdad y justicia en nuestro pueblo y a pesar del empeño de “los grandes medios”, la sociedad, en su gran mayoría, no se deja engañar.
Por suerte, estamos avanzando en la recuperación de nuestra identidad como nación y redescubriendo nuestra verdadera historia.
¿Nos podríamos preguntar si la verdad trae aparejada la suerte o si la suerte trae eslabonada la verdad?
Desde lo particular debemos confesar que no confiamos demasiado en la suerte; sin embargo, estamos seguros que la verdad ilumina el camino que nos conduce a la consecución de nuestros logros.
Y es ese camino, el que hoy transitamos juntos la gran mayoría del pueblo argentino; por eso, y mal que les pese a “los distorsionadores de la realidad” la historia esta cambiando en la Argentina.
Así que por suerte..........perdón rectifiquemos: “ Así que en verdad, la memoria ya no es frágil para buena parte de los argentinos. Y esto es condición indispensable para garantizar no solo el Nunca Más; sino también, la continuidad de un modelo de país que garantice el bienestar y la felicidad de nuestro pueblo”. 
En verdad, podemos señalar con agrado que, ha sido una jornada maravillosa observar como nuestro pueblo, y muy especialmente nuestra juventud, ha reivindicado el rol de la Memoria en el acontecer político argentino.   

sábado, 12 de marzo de 2011

Kant, Ricardito y el Día Internacional de la Mujer



                          
                         









La mediocridad exponencial que reina en los referentes (ver nota del 7/12/10) de la derecha argentina ha superado los límites de la más frondosa imaginación. A tal punto que, diariamente aparece algún hecho que sobrepasa al anterior para ocupar finalmente, éste último, el podio en materia de acontecimientos dignos de ser etiquetados como mediocres.
Si uno observa las actuaciones y declaraciones que realizan  personajes tales como Lilita Carrió, Mauricio Macri, Miguel Del Sel, Ricardo Alfonsín, Francisco De Narváez, Alfredo “Campera Amarilla” Olmedo, etc., podrá corroborar que no estamos exagerando. Sino, por el contrario, estamos siendo extremadamente cautos en lo que estamos aseverando.
Son tan reiterativos en estas actitudes ridículas y/o profusión de declaraciones absurdas que solo una persona absolutamente despistada puede ignorar los hechos que esta triste trouppe de aspirantes al poder suelen ofrecer cotidianamente.
Al principio, Macri y Carrió se disputaban codo a codo el lugar de privilegio en el escenario mediático signado por la ridiculez. Pero paulatinamente se fueron incorporando otros como Alfredo Olmedo que cuenta ahora con la bendición del Rabino Bergman que (entre otras cosas, flaco favor le hace a la reputación intelectual de la colectividad que representa; más allá de que sea solo uno de tantos) enbuenahora, se ha decidido a realizar abiertamente campaña a favor del PRO. Más, posteriormente, se incorporó un habitué de los medios como Miguel Del Sel a realizar temerosas declaraciones con cierto aire de seriedad. Al principio, las disparatadas propuestas del candidato a gobernador, del macrismo santafecino, inevitablemente nos llevaban a asociarlas con su prolongada actuación de comediante; sin embargo, y para acentuar temores, terminaron demostrando que no eran más que el resultado de sus “convicciones (a)ideológicas”.
Pero cuando las luminarias de la comicidad parecían atenuar sus luces, apareció en escena un correligionario de “Nito” Artaza que cuenta con ilimitadas ambiciones y escasísima capacidad cognitiva pero que, disfruta al igual que aquél, del oficio de imitador.
Nos referimos, específicamente, al precandidato del radicalismo “Ricardito” Alfonsín, y aquí -apelando a las enseñanzas del ilustre Inmanuel Kant- podemos aseverar que es perfectamente aplicable el diminutivo a su nombre de pila cual si fuere un infante.
¿Porque manifestamos esto? Sencillamente porque luego de recordar la lectura del célebre Kant en su brillante ensayo que tiene por título: ¿Qué es la ilustración? Nos resulta inevitable asociar lo que el magnánimo filósofo entre otras cosas decía:
“La ilustración es la salida del hombre de la minoría de edad. El mismo es culpable de ella. La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse de su propio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de ésta minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, sin la conducción de otro. ¡Sapere Aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí la divisa de la ilustración”.

Un hombre que quiere alcanzar la más alta magistratura sobre la base de imitar a su extinto padre, apoyándose sobre su parecido físico, recurriendo a la utilización de los mismos trajes de vestir que correspondieron a su ancestro, y hasta tratando de copiar minuciosamente los habituales gestos del ex presidente; revela una profunda falta de autoestima y peso específico propio. 
No es un ser genuino, es solo una copia, pues, una mala y pésima copia; porqué jamás la copia puede adquirir la entidad del original.
Pero además, y aquí aparecen las edificantes enseñanzas del filósofo prusiano; es un hombre que no ha transpuesto los límites de la minoridad de edad.
Que no ha desarrollado su propio entendimiento –a juzgar con criterios kantianos- y que en su caso se modela en función de “un entendimiento inexistente” como el de su padre o, lo que es más grave, bajo la dirección de otros. Lo que exterioriza un alarmante signo de maleabilidad.
A tal extremo llega su incapacidad de razonamiento que el mismo Día Internacional de la Mujer en un acto conmemorativo que lo tuvo como orador exclusivo ante las representantes de ese género, realizó una representación de la presidente de la república en donde ridiculizaba el entendimiento femenino respecto del masculino.
Lo paradójico de todo esto, es que la capacidad, aptitud, idoneidad y formación de nuestra presidenta supera por innumerables patrones de medición -por varios cientos de kilometros diría la jerga popular- la sombría capacidad de este “mediocre imitador” y aspirante a alcanzar la titularidad del poder ejecutivo.
Pero ahí no se agota la cuestión, lo verdaderamente tragicómico es que las mujeres que concurrieron al acto conmemorativo no percibieran, ni siquiera ellas mismas, las notas de misoginia que encerraba tamaña representación. Por el contrario, hasta festejaron "la parodia" que en los hechos resulto un tiro por elevación sobre la figura de la mujer.
Tal vez, esto solo resulta comprensible si lo encuadramos bajo el marco del antiguo proverbio que los padres de la filosofía occidental –me refiero a los griegos- solían utilizar: “Pájaros del mismo plumaje gustan estar juntos”: Pero recordemos que los pájaros pueden volar muy alto; no obstante, es dable recordar que carecen de entendimiento.
Por suerte, las encuestas añaden un dato alentador, pues, la mayoría de las mujeres no votarían por Ricardito. Eso habla muy bien de la mayoría de las mujeres que, al parecer, todavía optan por encolumnarse junto a la divisa de la ilustración: ¡Sapere Aude!