Podríamos afirmar sin temor a equivocarnos que el año nuevo
en la Argentina no promete, por el momento, grandes cambios en el proceder de
la clase política local. Al parecer, “el negacionismo opositor” continuara su
curso sin modificar un ápice su táctica de cuestionar toda propuesta política
gubernamental; lo que dificulta, entre otras cosas, instalar una discusión
seria sobre la resolución de los problemas que afectan a nuestro país.
Lo problemático no consiste en el cuestionamiento en sí;
sino en la ausencia de argumentos sólidos y racionales para legitimar una
actitud crítica. La oposición por la
oposición misma deforma lo más virtuoso que posee todo sistema democrático
que es, precisamente, el debate. Promoviendo, en consecuencia, un profundo
deterioro en la formación de la conciencia ciudadana y fomentando una visión
maniquea de la realidad que, lejos de resultar útil para el desarrollo de los
pueblos, termina siendo un verdadero obstáculo para el bienestar de la
comunidad. La ausencia de una discusión
seria, atenta contra el desarrollo intelectual de los pueblos y si a esto le
añadimos la existencia de un conglomerado de medios de comunicación que se
empeñan en ofrecer una visión distorsionada de la realidad con el mero
propósito de agitar fantasmas para sembrar el miedo en la población, los
resultados terminan siendo devastadores en materia de conciencia política.
La alianza “oposición política-medios de comunicación
hegemónicos” está forjando una lógica (si es que cabe llamarla de ese modo)
simplista y perversa destinada a generar rechazo a toda propuesta que emane del
oficialismo. Descalificar en todo es la consigna; al fin y al cabo, la
descalificación absoluta es el mejor instrumento para evitar una discusión
enriquecedora. Parafraseando aquella máxima goebbeliana, podríamos decir
“descalifica, descalifica, que algo quedará”.
Nadie ignora (como bien lo enseña la célebre psiquiatra
francesa Marie-France Hirigoyen) que: “Para desacreditar a alguien basta con
introducir una duda en cabeza de los demás: “No crees que….”. Con un discurso
falso, compuesto de insinuaciones y asuntos silenciados, el perverso pone en
circulación un malentendido que puede explotar en beneficio propio”.
Obviamente, se trata
de técnicas a las que recurren los perversos con el propósito de manipular a
las personas. Técnicas que, por otra parte, no son desconocidas por los medios
de comunicación; sino por el contrario, muchas veces usadas cuando se trata de
diseminar sospechas con fines “non sanctos”. Cualquier mediano observador podrá
percibir cómo no pocos políticos inescrupulosos (fundamentalmente, aquellos que
suelen ser mediáticos) recurren a estas técnicas al igual que muchos
periodistas que hacen gala de su declamada independencia.
Así vemos que la descalificación infundada da lugar a las
sospechas, como también la crítica sin asidero da lugar a un reduccionismo
irracional que conduce a la muerte de la discusión juiciosa.
Seguramente, son muchas las actitudes que el oficialismo
deberá corregir a lo largo de lo que resta de su gestión; pero eso no es óbice
para dejar de reconocer que tiene en su haber los logros más significativos de
los últimos cuarenta años en nuestro país. Sin embargo, la oposición sigue
adelante con su consigna, lo que pone en evidencia su mezquindad política en
términos comunitarios.
Y para peor, no solo la crítica es vacía; sino también sus
propuestas, una palmaria muestra de ello son las recientes declaraciones que
Mauricio Macri vertió en uno de esos medios que le son afín: “Lo garantizo. Cuando sea Presidente no va a
ser un tema la inflación”.
Claro en ningún momento manifiesta cómo va a suprimir el
alza de los precios, pero bueno ese es un pequeño detalle; lo importante es que
“el diario independiente” (Clarín) lo resalte en sus páginas para que la gente
lo tenga en cuenta. Del mismo modo en que el mismo diario, allá por el año
1989, resaltaba la propuesta del "salariazo" del entonces candidato a la
presidencia Dr. Carlos S. Menem. Por cierto, con la llegada de Menem al poder
“el salariazo” no tuvo lugar. Por el contrario, la capacidad de compra de la
gran mayoría de la población se redujo a la mínima expresión y la desocupación
llegó a niveles inimaginables posibilitando esa situación una drástica
reducción del índice inflacionario. Claro que por aquél entonces, el grupo
mediático más grande del país no hablaba de la pérdida de la capacidad de
compra de la ciudadanía; además, porque iba a hacerlo si, al fin y al cabo, el mentado
presidente le “obsequió” oportunamente el principal canal de aire (nos
referimos a canal 13) que hasta entonces pertenecía al patrimonio del Estado nacional.
Lo cierto es qué, y volviendo a la expresión del jefe de
gobierno de la Ciudad, sería bueno que nos explique cómo va a eliminar la inflación. ¿Será quizá
recurriendo a “la convertibilidad”?, herramienta tan elogiada por él y sus colaboradores durante
la vigencia de la misma. ¿Acaso convocando a Cavallo para el ministerio de
economía o al recientemente procesado Sturzenneger?
Conforme a sus antecedentes podríamos reconocer que Macri
tiene la fórmula tradicional para combatir el alza de los precios; al fin de
cuentas, en eso son verdaderos especialistas los devotos del
neoliberalismo. ¿Cuál? ¿A esta altura le cabe duda estimado lector?
La reducción de salarios y el recorte presupuestario, dos
factores ineludibles al desarrollar sus políticas. Es muy probable que la
inflación deje de ser un problema -como bien
lo señala el jefe del gobierno porteño- y se revierta su tendencia alcista; lo
que sí seguramente veremos crecer ha de ser el desempleo, pero eso no es tan
preocupante para los neoliberales. Después de todo, para el desocupado siempre
existe la posibilidad de marcharse del país. ¿O acaso no recuerdan lo que
sucedía a principios del siglo XXI?
Claro que jamás van a reconocer las consecuencias que esas
políticas han tenido (y siguen teniendo, basta observar la situación europea) sobre
el desarrollo de la desocupación; ni tampoco los periodistas independientes
están dispuestos a preguntarle cómo y de qué manera combatirían la inflación
sin reducir el consumo de la población.
Lo que vale es el titular: “Macri
terminará con la inflación”. Y si alguno se atreviese a preguntarle de que
manera, la respuesta es la de siempre: “…tenemos un equipo trabajando”.
Al parecer, la mejor manera es guardar (léase ocultar) silencio sobre el por hacer; aunque uno supone que lo más probable es que apelen a las enseñanzas de aquel economista norteamericano que mencionó Jean Paul Fitoussi en una de sus conferencias, cuando dijo: “Un economista americano, sumamente riguroso, ha demostrado científicamente que, en un país ultraliberal, en el que el Estado no se ocupa en absoluto de la economía, el pleno empleo está asegurado…..para todos los supervivientes”.
Al parecer, la mejor manera es guardar (léase ocultar) silencio sobre el por hacer; aunque uno supone que lo más probable es que apelen a las enseñanzas de aquel economista norteamericano que mencionó Jean Paul Fitoussi en una de sus conferencias, cuando dijo: “Un economista americano, sumamente riguroso, ha demostrado científicamente que, en un país ultraliberal, en el que el Estado no se ocupa en absoluto de la economía, el pleno empleo está asegurado…..para todos los supervivientes”.
La nota una maravilla....lo único que le falto, y a mi me queda la duda.....la inflación esta bien o esta mal.....sabes que la iena cuando tiene hambre "rie y cundo esta satisfecha llora".....no puede ser que Argentina no tenga un proyecto, de los que existen en el mundo...o inventan uno que haga felices a la mayoría de los argentos....
ResponderEliminar