Los resultados electorales en Venezuela, no solo han puesto de manifiesto el liderazgo arrollador de Hugo Chávez en ese querido país; sino que a la vez, han posibilitado reforzar nuevamente los cimientos sobre los que se erige ese “edificio” que ha de garantizar el desarrollo de nuestros pueblos y que se lo conoce con el nombre de MERCOSUR.
Tal vez si le preguntásemos a aquellos compatriotas que no
son muy afectos al acontecer político internacional, sobre cuales serían las
implicancias de los comicios venezolanos para nuestro país; es altamente probable
que nos respondan: ninguna.
Por el contrario, aquellos que sí nos interesamos en estas
cuestiones sabemos perfectamente el grado de vulnerabilidad en que hubiese
quedado la región ante una hipotética derrota de Chávez en los recientes comicios.
Y no hablemos de cómo iba a repercutir sobre nuestra balanza
comercial el brusco giro de timón que los “disfrazados socialdemócratas” -en verdad,
neoliberales- hubieren proyectado sobre
la economía venezolana. Solo en el 2011 el intercambio comercial, entre ambas
naciones, rondó en 1.700.000.000 dólares y se estima que este año crecerá en un 50%
más, con un persistente saldo a favor
para la economía criolla. Por cierto, lo más gravoso hubiere recaído sobre las
espaldas del pueblo caribeño que, al cabo de unos años, habría padecido los
nocivos efectos que el neoliberalismo despliega, lenta y solapadamente, sobre
los bolsillos y los hogares de millones de familias. Por suerte, ese mismo
pueblo ha consagrado, definitivamente, a su líder para que siga comandando la
nave venezolana.
Pero más allá de la algarabía que nos produce el contemplar
la decisión de los caribeños; los argentinos, no debemos dejar pasar por alto la
grotesca y mediocre actuación que los denominados “dirigentes opositores”
en la Argentina han desarrollado -en carácter de “veedores” no oficiales-
durante su presencia en los mentados comicios.
El proceder de la diputada Patricia “multipartidaria”
Bullrich ha sido verdaderamente vergonzante. Solo a un entendimiento producto
de una mediocridad extrema, se le puede ocurrir efectuar anuncios de supuestos
resultados expresando “ que las encuestas a boca de urna lo dan ganador a
Capriles”.
Ésta actitud en flagrante violación con lo dispuesto por la legislación
venezolana que establece la prohibición de este tipo de anuncios durante el
desarrollo del comicio; no solo implica una falta de respeto al orden jurídico
de dicho país; sino que importa, a su vez, una enorme desconsideración hacia
pueblo caribeño reproduciendo supuestos no corroborados oficialmente. Máxime si
tenemos en cuenta que esas declaraciones fueron reproducidas por cable.
Estamos hablando de una diputada nacional; y es tal la mediocridad
de esta legisladora que ni siquiera es
consciente de la investidura que representa. Tal vez no lo sepa, pero habría
que explicarle que, lamentablemente, representa al Congreso de la Nación
Argentina. ¡¡Y después los caceroleros
que la acompañan en las marchas del odio solicitan el voto calificado!! Menuda
paradoja!!!
Otra diputada, Gabriela Michetti, a quien también se le
atragantó el festejo, sostenía antes del resultado de los comicios: “Yo
encuentro similitudes entre el Kirchnerismo y el chavismo”; es indudable que
algunas simetrías hay que, por otra parte, lejos de empañar, resaltan las virtudes
de ambos proyectos populares.
La más notoria es la finalidad que persigen; esto es, ambos
movimientos procuran la felicidad de nuestros pueblos.
No obstante, si de similitudes se trata, nosotros podríamos
encontrar una semejanza extrema “entre las propuestas de Macri y las propuestas
de Rajoy”; pues, solo bastaría que su jefe político, Mauricio, se dejase la
barba, ahondara un poco más en la oratoria (vacía, por supuesto) y la
coincidencia sería plena.
Un párrafo aparte merecen “los periodistas independientes”.
Que tres minutos antes de que el Consejo Electoral anunciara los resultados oficiales;
seguían engañando a la gente con el anuncio de un “empate técnico”.
Por cierto, el técnico Magnetto, le habrá dado letra a ese
cada vez más deteriorado periodista de apellido Lanata; que ni siquiera tuvo la
delicadeza de comentar lo erróneo de sus afirmaciones. Ya opina de política
como si jugase al Gran DT, pues, días antes de los comicios nos hablaba del eventual
triunfo de Capriles, escasos minutos antes de los resultados finales nos hablo
del empate; y conocido los mismos sus expresivas palabras fueron: Vamos a una
pausa!!
Es maravilloso observar, como un periodista de “esta talla”
habiendo viajado a Venezuela y, supuestamente, tomando contacto con la ciudadanía
no pudiera percibir el ánimo generalizado de sus habitantes. ¿O será acaso que
suponía que con su prédica televisiva podía modificar la realidad? Estos tipos
mienten tanto que ya se creen capaces de trastocar hasta la realidad ajena.
No hablemos del resto de los miembros de “la prensa
independiente” que se la pasaban anunciando el fin del chavismo. La ciudadanía
habló en las urnas y Chávez obtuvo 1.300.000 votos más que el
conglomerado opositor.
En fin, como vemos, los muchachos son independientes de la
verdad. Pues, ahora se limitarán a seguir falseando la realidad en su propio país;
pero eso sí, aquí lo harán coordinadamente con los políticos de la oposición.
Si la suerte nos acompaña, en los próximos comicios electorales
ya regirá, plenamente, la nueva ley de medios; y en consecuencia, tendremos una
información ajustada a la realidad. Por el momento, solo nos resta esperar y, obviamente,
deleitarnos con el triunfo del compañero Hugo Chávez.
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