No son pocas las ocasiones en que nos hemos referido a la
endeble memoria de los argentinos; al menos en aquellas cuestiones de
relevancia para el país y que, por cierto, afectan la vida cotidiana de quienes
habitamos este territorio. Sin lugar a dudas es un defecto que deberíamos
corregir ya que, al no hacerlo, estamos desvalorizando el conocimiento
experimental.
“La experiencia no es lo que te sucede; sino lo que haces
con lo que te sucede” predicaba un afamado escritor británico. Y lo peor que
uno puede hacer, en estos casos, es no hacer nada; el dejar que se desvanezcan,
con el transcurrir del tiempo, las enseñanzas de la experiencia para fortalecer
la oquedad de la memoria es, indefectiblemente, poco aconsejable.
Una muestra de esta “insuficiencia memorística” la podemos
observar al cabo de estos días a través de las pantallas de televisión o,
concomitantemente, al escuchar determinados programas radiales. Es asombroso, casi
como por arte de magia, han aparecido nuevamente en escena para hablarnos de “la
impericia del gobierno argentino” respecto de su proceder ante los “fondos
buitres” la pléyade de economistas neoliberales que en los años 90 nos
vaticinaba el “despegue argentino”. Despegue que, por cierto, tuvo lugar en “el
año 2001”, cuando la mayoría de nuestros compatriotas soñaba con poder alcanzar
un avión para ahuyentarse del país.
Quizá por eso alguno no lo recuerde, aunque quienes nos
quedamos en la Argentina deberíamos recordarlo muy bien.
Lo cierto es que indigna sobremanera contemplar como los
medios de comunicación vuelven a acicalar la cabeza de los oyentes con los
comentarios de estas personas que no solo “nos vendieron” un modelo de país que
consagró la marginación y el empobrecimiento social; sino, y lo que es peor aún,
fueron, directa o indirectamente, protagonistas principales del fraudulento
endeudamiento sufrido por el país a lo largo de su historia.
Obviamente, si la “memoria ciudadana” acumulase a grandes
rasgos lo actuado por estos personajes (Cavallo, Sturzenegger, Melconian, etc.)
en tiempos pasados; los medios dominantes deberían acudir a buscar -en defensa
de sus intereses, que no son otros que los del establishment- otra clase de
voceros porque “el archivo histórico” los condenaría al enmudecimiento
inmediato.
Lamentablemente no es
eso lo que acontece y con la imperturbabilidad propia de “los cara de piedra”
nos vienen a dar consejos -desprovistos del “traje” de su pasado- sobre cómo
afrontar los desafíos económicos del país en el futuro.
Se dirá que esto es una práctica habitual en la Argentina
donde hasta los procesados por reducción a servidumbre y maniobras fraudulentas
-concretamente el presidente de la “prestigiosa” Sociedad Rural- nos vienen a dar clases de moral sin
despeinarse cuando lo hacen.
Bien enseñaba Schopenhauer: “predicar la moral es muy fácil,
lo difícil es fundamentarla”. Pero al parecer, el fundamento personal no es
algo que les interese a los “sectores del privilegio”.
Otro de los estamentos que acostumbra hacer gala de la
prédica moral es el de “los periodistas independientes” -obviamente, “independientes”
de las necesidades de la población- que
ahora está empeñado en dar batalla contra el flamante proyecto de ley de
abastecimiento orientado, por sobre todas las cosas, a efectivizar los derechos
de los consumidores, en detrimento de los abusos de los grandes grupos monopólicos.
El mencionado proyecto establece, entre otras cuestiones:
- Un Observatorio de precios para monitorear y evitar que
las empresas en ejercicio de una posición dominante desarrollen maniobras
especulativas. Por ej.: aumenten (sin guardar relación alguna con sus costos) desmesuradamente
sus precios en perjuicio del bolsillo del consumidor.
- Aumenta las sanciones dinerarias para aquellas empresas
que vulneren las disposiciones de la norma; trocando la condena penal de
prisión (por otro lado, no de cumplimiento efectivo por lo exiguo del plazo
condenatorio) de la ley vigente por una multa más severa y, por ende, más
dolorosa para el infractor. Con la posibilidad de establecer un cierre temporal
del negocio hasta 180 días en caso de reincidir en conductas violatorias de la
norma y definitivo si además persiste.
-Constituye la Comisión Nacional de defensa de la
Competencia, órgano que tendrá a su cargo dictaminar en la materia.
-Establece un Servicio de Conciliación Previa en las
relaciones de consumo y se crean fueros ad
hoc para agilizar el procedimiento judicial. Consagra el principio de “in dubio pro consumidor”; es decir, en
caso de duda ante la resolución de un conflicto entre las partes, el juez debe
priorizar los derechos del consumidor.
Lo real es que se trata de una ley que protege al consumidor,
quien hasta el día de hoy se encuentra en una situación absolutamente
desventajosa y que, al momento de reclamar por sus derechos, termina
desistiendo en virtud de las demoras y las irresoluciones que determinan los
mecanismos legales vigentes. Sin embargo, los grandes dominadores del mercado
con la colaboración del “periodismo independiente” se encargan de difundir opiniones
adversas atemorizando a los propios consumidores sobre una ley que en los
hechos los beneficia.
A tal punto han llegado que no comentan estas cuestiones,
pero eso sí, apelando a su “profunda ética periodística” argumentan que se
trata de una “ley chavista” (por cierto, al querido Hugo Chávez no lo dejan en
paz y siempre vendiéndolo como un “demonio”, algunos desde la ignorancia y
otros, desde la falacia), pues, omiten mencionar que esta misma ley existe en
los países desarrollados (Alemania, Francia, Italia, EEUU, etc.).
No obstante, si se quiere sancionar aquí no es más que un “síntoma
del colectivismo” que propugna el gobierno populista.
Obviamente, la
denominada “oposición política” acompaña en esa tarea; o mejor dicho, más que
acompañar se subordina a los deseos del poder económico. En general se oponen a
la nueva “ley de abastecimiento”; pues, si hasta se oponen a que el gobierno
adopte medidas para impedir que el fallo en favor de “los buitres” se
efectivice. Ya con eso, es más que suficiente: está todo dicho.
No cabe duda que algunos hasta se atreverían a levantar la
imagen del Juez Griesa como eventual candidato presidencial de no ser que no es
argentino y que el pueblo los repudiaría de cuajo.
No obstante, presentan candidatos como Macri -si bien hay
que reconocerle cierta coherencia entre lo que piensa y lo que pretende hacer-
que abiertamente respalda el fallo del juez neoyorkino. Coherencia que, por
otro lado, no demuestra otro de los eventuales candidatos presidenciales,
Hermes Binner -por Frente Amplio Unen-, supuestamente dirigente socialista quien
recientemente sostuvo: “creo en la mano invisible del mercado”. Ya que un
dirigente “socialista” nos diga que “cree” es todo síntoma; pero que, a su vez,
lo haga en la “mano invisible del
mercado”, es para que ingrese en el Guinness de los records.
Como se podrá apreciar, en la Argentina ya nada es para
sorprenderse; tal vez por nuestra “inconsistente memoria”; pero aun así no
somos pocos quienes confiamos en que la recuperaremos llegado el momento.
Hola Natalia, desde ya me interesa tu propuesta; pues, siempre es saludable toda iniciativa que refuerce la información ciudadana. Asi que agradezco tu ofrecimiento, estaré a tu disposición y a la espera de conocer más detalles. Un cordial saludo. Juan
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